miércoles, 22 de enero de 2014

La bala perdida

—Y así, tontamente, acabé pegándome un tiro —terminé contándole a aquel extraño que acababa de
Imagen obtenida de la red.
llegar al purgatorio, el final de mi relato, de mis días. 
     —Pues que cosas... Quién me iba a decir a mí que todo acabaría así. 
     —No entiendo, ¿qué quiere decir?
     —Verá, me disponía a atracar la tienda de antigüedades, con aquel revólver, pero al final no tuve valor, lo dejé sobre el mostrador y me dispuse a salir de allí sin llamar la atención. De echo me crucé con usted. Después, según lo que me ha contado, usted y sus problemas cogieron el arma y jugaron a ver quien era más hombre. 






Licencia Creative Commons
La bala perdida
por
Tony A. Fabeiro 

6 comentarios:

  1. ¡Qué bien! Cuentas mucho en muy pocas palabras. Felicidades!!!

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  2. Genial! Desde la ironía tratas la muerte de un modo muy diferente a lo que entedemos po r este hecho.

    Un saludo
    Rosa.

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    Respuestas
    1. Una situación increíble en el más allá... Quién sabe cuantas veces ha ocurrido.
      Me alegro de que te haya gustado y es un placer verte de nuevo por aquí.
      Un fuerte abrazo.

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