martes, 18 de febrero de 2014

Efectos Secundarios

Fuente Necrófila manando de un piano de cola.
Salvador Dalí
     —Había brotado, en medio del huerto, un imponente piano de cola. Sin pensarlo dos veces, me acerqué a él. Sus teclas pedían a voces que posase mis dedos en ellas y me dejase llevar por la música que oía, solamente en mi interior. Así lo hice, y sin darme apenas cuenta, sin quererlo, compuse la mejor obra clásica de todos los tiempos...
     — ¡Qué interesante Amadeus!, me dejas sin palabras... Yo desde que regresé de dar la vuelta al mundo en el Beagle, aún no he tenido tiempo para la música pero pronto...
          — ¡Venga!, ¡vosotros dos! —les interrumpió la enfermera—. Acabaos la medicación y rapidito a vuestros cuartos.





Tony A. Fabeiro


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Muchas gracias por venir
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6 comentarios:

  1. Un microrrelato muy bonito y muy inspirador, con ese humor (llamémoslo inglés) de fondo dándole un aire aun mejor. Me ha encantado, de verdad ;)

    Un abrazo y a seguir bien. ¡Nos leemos!

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    1. Muchas gracias por tu comentario, es un placer saber que te ha gustado.
      Un fuerte abrazo.

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  2. Me gustan los micorrelatos, y este también. Gracis Tony.
    feliz tarde.

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    1. Gracias a tí, Charada Marien. Es un placer recibir tu visita.
      Un abrazo.

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  3. Si ves brotar pianos en el campo, ¿por qué tomar medicación?
    Me ha gustado.
    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. Muy buen comentario amigo. La verdad es que aquí, a Amadeus y a Darwin, los medicamentos les estaban jugando malas pasadas. Jajaja.
      Me alegro mucho de verte por aquí, yo te tengo un poco abandonado, pero pasaré por tu blog a ponerme al día.
      Un abrazo.

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